Perdona, ¿puedes levantar el zapato? creo que tienes mi corazón pegado en la suela

10 Abr

Decidí volver a enviarle un whatsapp. Era lunes y hacía sol. Mi mensaje fue así: «Hoy hace sol en mi terraza». Le había gustado mi terraza y bromeaba con venir a tomar el sol allí, así que me pareció algo gracioso. Pasó una hora y no contestaba…dichoso whatsapp que te dice la última hora de conexión! y él había leído el mensaje sin duda alguna. Cuando ya me estaba desesperando y creí que no contestaría llega su respuesta: «Me estaba poniendo el bañador y se nubló, jajaja». No le estaba invitando!!! Se tenía que pensar tanto aquella respuesta? Me dio un ataque de cobardía y no le seguí la conversación, por miedo a que no contestara y estar esperando como una tonta otra vez.

Llegó el viernes y él llevaba 4 días sin conectarse en whatsapp. Sí, lo sé, vigilé sus conexiones. Esto ya rozaba la locura. Desde aquí pregono a los cuatro vientos que la aplicación de whatsapp es lo peor que se pudo inventar. No tenía muy buenas vibraciones a cerca de lo que ocurriría esa noche y…mi instinto no me falló, por desgracia. Él no fue como siempre a La Coctelería. Había decidido que pasaba de mí. Al menos eso fue lo que entendí yo. Pero lo peor aún estaba por llegar. Me reuní con mis amigas para tomar algo entre semana y ahí fue cuando M me dijo que M2 lo había visto el sábado en el mismo sitio que nos veíamos siempre con otra chica. Sabéis cuando de repente empieza a dar vueltas la habitación o la cabeza aunque realmente no tenéis ni idea de qué está sucediendo a vuestro alrededor? Y cuando os dan una bofetada que os cruzan la cara? pues así me sentí yo. No teníamos nada, pero se había portado como un verdadero capullo. Es mejor que si a un chico no le interesas nada desaparezca después de la primera noche. Chicos! os hago un llamamiento: SI LA CHICA NO OS INTERESA, DESAPARECED LO ANTES POSIBLE. JODER POR GUSTO ES ENSAÑAMIENTO.

Cuando intenté masticar la noticia, lo primero que pensé es que quería verlo con mis propios ojos. Que no iba a mirar hacia otro lado y mi plan a partir de ese momento sería incordiar. Así que el sábado fui al mismo sitio de siempre: primero La Coctelería y después al Street con mi hermana, una amiga y un amigo de mi hermana. En el primer local apareció el amigo de R. Me saludó y le pegó un repaso de arriba abajo al amigo de mi hermana que de tan despistada que estaba, no ví que lo tenía muy muy cerca de mí. Al darnos cuenta de lo que pensó, hicimos como que estábamos juntos. Vamos, que montamos en un momento un teatro que ni el mismísimo Shakespeare. Mi instinto me decía que debía de ir al Street…y allí fuimos. Al entrar se me paralizó el corazón. Allí estaba R. con esa chica. Y sabía que era ella por la descripción de M2. Tenía muchas ganas de verla y de poder entender, porqué había pasado de mí por ella o qué demonios pasaba. Es absurdo buscar esa respuesta, lo sé y lo sabía, pero quería verla. Cuando la ví, decidí que el mundo estaba loco. No podía creer que realmente le pudiera gustar ella y que lo diga yo sé que suena a despecho absoluto, por eso busqué la opinión del resto, que estaban tan sorprendidos como yo. Ni me saludó, ni me miró. Como si no me conociera de absolutamente nada, cuando hacía poco estaba él en mi cama o yo en la suya. Nos separaba como mucho un paso y evitó mirarme en todo momento. Me sentí como una grandísima estúpida y no dejaba de preguntarme: qué tenía ella que no tenía yo? la respuesta me la sé: nada, los capullos son así, no es que ella sea más o menos. Aguanté el tipo bastante bien y cuando estaba más relajada pudimos echarnos unas risas con el teatrillo que teníamos montado con el amigo de mi hermana. Él estaba encantado con su misión de hacerse pasar por mi «pareja». Tengo que decir que no me dio ni un beso y eso ya no parecía muy creíble ¿verdad? Pero como era un chico mono y estábamos de «tonteo» me sentí un poco más relajada ante esa situación.

Una frase no paraba de rondar por mi cabeza, y es que en ese momento venía muy al caso porque era como me sentía: «Perdona, ¿puedes levantar el zapato? creo que tienes mi corazón pegado en la suela».

Nunca entenderé el daño gratuito y menos el deliberado. Si yo no le interesaba, ¿para qué alimentar aquello? ¿para qué me buscó? ¿para después pisotearme?

A partir de ese día estaría casi dos meses sin volverlo a ver. No volvió a aparecer por los locales de siempre. Había roto su rutina. Ya no bajaba los viernes a La Coctelería ni tampoco sábados. Lo que pensé fue que, ella le habría gustado más y habrían empezado algo más serio. Era momento de olvidar, si podía…

mel firma

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